
Entre las víctimas se encuentran una Bombera Voluntaria y los dos tripulantes de un helicóptero que se desplomó a tierra
Este testimonio fue brindado por alguien que eligió a Dina Huapi para vivir hace más de 25 años. Pidió expresamente que no diéramos a conocer su identidad. Más allá de su círculo familiar pocos conocen su historia. 40 años después se anima a contar lo vivido durante la Guerra de Malvinas.
Este relato comienza el viernes 30 de mayo de 1980. Ese día se realizaba el sorteo de la clase 1962 en la sede de "Lotería de Beneficencia" en la ciudad de Buenos Aires.
Para realizarlo se tenían en cuenta los tres últimos números del documento nacional de identidad de la persona y los otros tres determinarían si se exceptuaba por número bajo. Los números más altos correspondían a la marina, después a la fuerza aérea y finalmente al ejército.
J.L. está literalmente pegado a su radio de Amplitud Modulada. L.U.8 Radio Bariloche, la única radio de la ciudad transmite cada año el sorteo. Sin embargo es difícil permanecer largo tiempo a la espera de escuchar los tres dígitos para saber cuál era su suerte.
Sabe que al día siguiente el diario regional "Río Negro" publicará en sus páginas el resultado del sorteo y decide esperar hasta mañana para saberlo.
Allá va el protagonista de esta historia caminando por calle Moreno a cumplir con su trabajo de conserje en un hotel de la Avenida Bustillo sin reparar que por aquellos días comenzaría a forjarse algo que no olvidará jamás.
La charla comienza café por medio. Me cuenta que en marzo de 1981 se presenta a revisión médica porque en el sorteo le tocó hacerlo en el ejército y que su incorporación a la Escuela Militar de Montaña se formalizó unos días después.
Ni bien quedo incorporado nos trasladan de instrucción a Virgen de las Nieves, me cuenta. Y como todos teníamos que tener un rol a mí me asignan el trabajo de "camillero" en la sección Sanidad.
Aprender casi no aprendimos nada. Parecíamos escultistas más que soldados. Sí aprendí a armar carpas individuales o grupales de campaña, ni me acuerdo cuantas veces lo hicimos, afirma. Ni siquiera aprendí a usar un fusil. Tenía dos compañeros de carpa, a uno lo recuerdo porque hicimos varias travesuras juntos, su apellido era Méndez había llegado del campo.
A la hora del "Rancho" (de almorzar o cenar) peleábamos duro con las hormigas que se subían al plato, tragué varias, sentencia.
Me acuerdo que a los que fumábamos y teníamos "un pucho" en el bolsillo a manera de postre nos revisaban y se te lo encontraban te lo hacían comer entero. El maltrato siempre estaba a la orden del día.
Los días pasaban estando en Virgen de las Nieves y no nos bañábamos por lo que hicimos el reclamo a los suboficiales que estaban a cargo. Al otro día, antes que amanezca tipo cinco de la mañana sonó el silbato para levantarse (Tenías dos minutos para estar listo) nos encolumnaron al grito de "Tienen que bañarse los milicos"! Como los cuarteles estaban cerca ilusamente pensamos que nos llevarían allí, pero no. Nos hicieron bañar en las frías aguas del Arroyo Gutierrez. Nunca más pedimos de higienizarnos!.
Después de eso volvimos a los cuarteles. Las largas guardias y algún que otro castigo. J.L. a esta altura del relato sonríe. Parece recordar aquellos días de juventud casi con nostalgia.
Cuando me refiero a 1982 su gesto es otro. Noto el cambio en su estado de ánimo. Le pregunto por aquellos días de la guerra.
Al principio no nos dimos cuenta, relata. Nos llamó la atención sí que no teníamos días de franco y que nos prohibieron escuchar la radio.
Poco a poco nos fuimos enterando, pero no mucho. Nos empezaron a arengar que iríamos a combatir, que iríamos a la guerra. En mi caso trataba de no pensar en eso hasta que una noche 12 conscriptos recibimos la orden de levantarnos y salir afuera. Supongo que serían como las dos de la mañana. A lo lejos un camión militar nos esperaba. ¿Destino? Incierto, porque nadie nos dijo nada. Pensamos que se trataría de algún ejercicio o capacitación porque todos éramos de la división Sanidad y éramos todos camilleros.
Nos dimos cuenta que iríamos hacia el sur cuando el camión tomó la ruta hacia El Bolsón. Fueron interminables aquellas horas de viaje. Después de mucho andar estábamos en el Regimiento 5 de Comodoro Rivadavia. Después no llevaron al aeropuerto de esa ciudad.
*En abril de 1982, Comodoro Rivadavia formó parte del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, convirtiéndose en escenario continental de los aprestos bélicos para la guerra de Malvinas. La ciudad vio alterada su vida cotidiana durante la guerra. El movimiento de tropas, aviones, armas, insumos, entre otros, para ser enviados a las Malvinas, fueron parte del paisaje de la ciudad durante la duración del conflicto, al igual que los simulacros de oscurecimiento y las alertas rojas sobre posibles bombardeos*.
Había mucho despliegue militar. Cuando aterrizaba un avión Hércules nosotros éramos los encargados de trasladar a los heridos desde el avión a la carpa de Sanidad que estaba ubicada a unos 200 metros de la pista. Llegábamos hasta la puerta y allí los enfermeros los recibían, los médicos evaluaban el estado de salud del combatiente y de acuerdo a eso era con la urgencia que lo atendían. Al menos tres murieron cuando los trasladamos del avión a la enfermería. Después nos enteramos que de la carpa de Sanidad trasladaban a los que revestían gravedad al Hospital Regional de Comodoro.
Cuando terminábamos volvíamos a una carpa que era la asignada para nosotros, los soldados rasos. Pasamos bastante frío y bastante hambre también y algo que nunca cambió fue como nos maltrataban.
"Era muy penoso ver tantos chicos como yo con heridas tan importantes y con serio riesgo de vida la mayoría".
"Acá no vimos muertos” dijo Norma Arias enfermera del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia en una entrevista que le realizaron en febrero de 2013 para un diario de esa ciudad y el relato de JL condice con lo afirmado por Norma.
"Los muertos quedaban en el aeropuerto".
J.L. este joven que por 1982 tiene 18 años está a punto de vivir una experiencia que lo marcará para toda la vida. En aquellos aviones y después de trasladar a los heridos le tocó la penosa tarea de trasladar algunos de los cuerpos de los soldados caídos en Malvinas.
-"En aquellos vuelos llegaba todo junto" dice. Heridos y muertos. Los muertos estaban apilados al fondo del avión y en mucho de los casos juntábamos solo partes porque los cuerpos no estaban enteros. Era como armar un rompecabezas humano. Recuerdo que hacíamos un esfuerzo muy grande para mantenernos fuertes. A las partes las acomodábamos en las camillas y también eran llevadas a la carpa de Sanidad.
Después de esos traslados eran colocados en féretros que se ubicaron un poco más allá de la enfermería de campaña y aunque eran muchos no podría asegurar la cantidad exacta. Nuestra última tarea asignada fue colocar una medalla que no tenía inscripción alguna, solo una cinta con los colores patrios sobre cada cajón. Finalmente eran subidos a otros aviones con destino, para nosotros, incierto.
Esa fue una marca en mi vida. Había que hacerlo y lo hice, pero el trauma nunca se fue. Nunca recibimos apoyo psicológico y es muy difícil aún hoy convivir con esas imágenes. JL nos cuenta que jamás pudo volver a ver una película de guerra o donde se efectúan disparos.
De la nada un día nos trajeron de vuelta a Bariloche. Estuvimos acuartelados 2 o 3 días y nos dieron la baja del servicio militar obligatorio y volví a mi trabajo en el hotel.
El estado no reconoció a quienes estando bajo bandera fueron parte de la guerra aunque no hayan combatido en el frente y por ello le pido su opinión al respecto":
-"Me duele, porque aunque uno no haya combatido también fue actor importante. No digo el reconocimiento como combatiente y tampoco de un resarcimiento económico, pero sí que al menos nos debieron reconocer el esfuerzo y todo el daño psicológico que cargamos para siempre.
Entre las víctimas se encuentran una Bombera Voluntaria y los dos tripulantes de un helicóptero que se desplomó a tierra
Se realizó el pasado sábado la reunión de vecinos autoconvocados de la línea interurbuna "33". Los detalles.
Hoy comenzó la primera etapa en Villa Llanquín. La competencia está reservada para jeeps, camionetas y motos. Finalizará el domingo en Ingeniero Jacobacci tras recorrer 600 kilómetros.
La Gobernadora Arabela Carreras encabezó ayer en Comallo un encuentro de trabajo con el Gabinete Provincial y las Comisiones de Fomento de la provincia
Se realizó el pasado sábado la reunión de vecinos autoconvocados de la línea interurbuna "33". Los detalles.
Lo hará interpretando obras de Dvorak y Wagner. Será este viernes
Policía neuquina solicita colaboración para saber el paradero de joven desaparecido.
La Policía de Río Negro secuestró un vehículo, armas de fuego y pertenencias de dudosa procedencia en dos allanamientos
Todos los detalles para inscribirse en el Programa de Incentivo para Inversiones Turísticas de Pequeños Prestadores cuyo plazo comienza mañana lunes 13 de marzo.
Según la página oficial del municipio, la jefa comunal estaría obteniendo más del 60% de los votos, y el principal candidato opositor ya reconoció la derrota.